Veinte segundos más tarde,
el cielo había cambiado...
Mi pecho comenzaba a sentir
el vacío.
Nada que venga de él es irrelevante...
Contemplarlo dormido,
o temblar en sus besos...
Cada infimo detalle influye
y modifica
a cada momento,
mi modo de sentir.
Camino a tientas
entre la maravilla
y el peligro
de ser suya.
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