sábado, 19 de junio de 2010


SOY LA ARQUITECTA DE MI PROPIA CARCEL...
ME SIENTO SOLA Y RETRAIDA,
COMO UN CIEGO
RECORDANDO ATARDECERES...

sábado, 12 de junio de 2010

solìa ser..

Solìa disfrutar largas caminatas
de la mano del muchacho de los cordones desatados.
Escaparme de un mal sueño
y aferrarme a su espalda,
abrigandome en la tibieza
de su respiraciòn nocturna.
Solìa despertarme
con el sol en sus pupilas,
màs oliva que nunca, por la mañana.
Solìa recibir besos y flores,
cientas de palabras dulces,
acariciaban mis oidos con su voz.
Soliamos pasar horas enteras
compartiendo ilusiones a cumplir,
acostados en un colchòn.
Soliamos ser felices
sòlo con mirarnos,
sòlo con sabernos...
Solìa ser y ya no es...
nunca es lo que parece...09-06-10

Quiza en otra vida...

Detràs de què ventana volverè a encontrarte?
sereno, inesperado,
como aquella primera vez...
Con què maravillosa melodìa
vas a recibirme?
o què oportuna excusa encontraràs
para volver a abrazarme?
Cuànto tiemop deberà transcurrir para el primer beso,
o el tan esperado "te necesito"?
Cuàl serà tu nombre esta vez?
Cuàl el aroma de tu cuello?
Recorrerè plazas y atardeceres de Domingos
buscandote sin conocerte...
Y cuando, al fin,
nos encontremos en cualquier otra vida,
no harà falta decir nada,
nos vamos a mirar,
como ahora nos miramos,
como nunca antes nos mirò nadie.
Y entonces sabremos que soy yo y que sos vos.
volveremos a sentir lo mismo,
y repetiremos que SOMOS.06/05/10

Un año despuès...

-I-

Apenas un desconocido, sin nombre,
sin historia,
sin demasiadas pistas de su proscedencia.
La timidez no parecia visitarlo.
Cruzamos, tal vez,
algunas miradas en silencio...
Las palabras llegarian màs tarde.
Yo tan llena de vacìo, de abandono,
de besos y caricias de nadie...
Siempre creì que aquel encuentro
fue una rar- aunque maravillosa-
convinaciòn entre azar y destino.


-II-

De un lado, un cigarrillo,
alargandose en el cenicero,
del otro, un vaso medio lleno
(despuès supe que medio vacio),
en sus brazos, la guitarra...
aquel instrumento que harìa el primer puente
entre los dos.
No puedo asegurar con exactitud
el momento preciso
(mi vaso tambien estaba medio vacio)
pero cuando diò a conocer su voz,
supe por alguna razòn,
que ese extraño, sin nombre siquiera,
empezaba a acariciarme...

-III-

Las horas se sucedian,
se sucedian las canciones...
una tras otra,
como si èl pudiera adivinar
lo que le pedia en silencio.
Aquel desconocido,
quièn sabe de què manera,
habìa creado, atravez de su melodìa,
de su voz, de su mirada,
una especie de submundo,
en el que sòlo èl y yo habitabamos.
Hubo instantes sòlo nuestros.
Sin saber de nosotros,
sospechandonos, inventandonos...

-IV-

Casi amanecia,
la gente comenzaba a despedirse.
Yo no podia despegarme de la melodìa
de aquella guitarra,
de aquella voz tibia.
Por alguna razòn,
no tengo recuerdos del momento
de la despedida.
Como si nunca hubiera existido.
Como si aquel beso final hubiese sido
sòlo la promesa
de no seguir siendo extraños...