miércoles, 5 de noviembre de 2008

Durmiendo con un ojo abierto. Agarrando con fuerza la almohada, voy hacia las tierras del nunca jamás.
Pensamientos encarnizados dan vueltas en mis sueños, no son de Blancanieves. Sueños de guerras, sueños de mentirosos, sueños de fuego de dragón y de cosas que lastiman.
Prefiero morir antes de despertar que continuar con este sufrir.
Oigo ruidos e intento ignorarlos. Sólo son las bestias bajo la cama, en el armario, en mi cabeza...
No sé si es sueño o realidad. Quiero gritar, pero este terrible silencio me impide oir.
Me estoy despertando. Nada es real, sólo el dolor.
Aguanto la respiración y aguardo la muerte. Oscuridad:
-Me tienes prisionero
-todo lo que veo es dolor absoluto
-atrapado en ilusiones, mi cuerpo es mi propia prisión
Un ser:
-me ha quitado la vista
-me ha quitado la palabra
-me ha quitado el oido
-me ha quitado el alma
-me ha dejado con vida en el infierno.
Ahora despierto, no es mejor. El camino hacia la muerte es cada vez más oscuro.
Sería mejor arder que dejarse consumir...
Grito, nadie acude. Siento cómo alguién mueve los hilos. El titiritero quema mis sueños. La vida duele de a poco.
Un laberinto infinito, la vida. Sólo prometiste mentiras...
Nada es real, sólo el dolor.

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