martes, 9 de marzo de 2010


Y un dìa me despertè...
Soy tan incrèdula
que siempre sospeche que soñaba.
Aùn con esa certeza,
el dolor es inmenso.
Arañan mi vigilia
vestigios de aquel sueño...
El calor, las risas, los besos,
todo parecia tan real...
La sangre corrìa
por nuestras venas
de manera tan convincente.
Los paseos de la mano,
los sueños dentro del sueño,
las miradas còmplices,
los amaneceres envueltos.
Fuimos muy felices
mientràs durò
el sonambulismo...

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